Nuestra salud está íntimamente relacionada con el contenido
de nuestros platos.
Comer significa asimilar los compuestos orgánicos y
minerales presentes en la comida: los nutrientes. Hay dos grandes tipos de
nutrientes:
1)
Los que proveen a nuestro cuerpo de la energía
necesaria a través de azúcares, proteínas y grasas. Estos son MACROnutrientes,
verdaderos “combustibles” que aportan toda la energía que un cuerpo activo
necesita.
Una comida completa o bien balanceada, es aquella que
permite al organismo cubrir todas sus necesidades en términos de nutrientes
energéticos Y de micronutrientes.
Pero lamentablemente, la industria alimenticia produce
comidas que están altamente desbalanceadas. Son MUY MUY ricas en energía
(azúcares y grasas) y MUY MUY pobres en micronutrientes. Por eso se habla de
ellas como “calorías vacías”.
Hay unas necesidades diarias de micronutrientes que debemos
cubrir, pero pueden no ser suficientes por 3 factores:
- Pobre o escasa asimilación
durante la digestión
- Aumento en el gasto que
hace el cuerpo
- Contenido insuficiente en
la dieta
Esto puede llevar a alteraciones funcionales que pueden
disminuir la calidad de vida, el estado de salud y bienestar, como por ejemplo:
- Estados de fatiga
- Alteraciones del humor
- Alteraciones digestivas
La micronutrición puede aportar respuestas a los trastornos
funcionales y es para todos en cualquier etapa de la vida.
A través de la micronutrición propongo identificar los
déficits y adaptar una respuesta nutricional, que a veces se puede acompañar de
complementos micronutricionales. El objetivo es restablecer el equilibrio del
organismo y mejorar el bienestar a largo plazo.
Desde la micronutrición parto de 4 principios básicos:
- Cada paciente es ÚNICO, no tenemos todos el mismo metabolismo ni las mismas necesidades,
- teniendo en cuenta el individuo y su estado de salud,
- realizando una adaptación de la alimentación del individuo a su perfil personal
- sabiendo que una alimentación, incluso equilibrada, puede no responder a las necesidades específicas del individuo.
Dra. María Laura Grubicy
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